“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” — Proverbios 4:23 (RVR1960) 📖
Salomón no exageraba cuando dijo que lo más valioso que debemos guardar es el
corazón.
Porque de ahí brota todo: nuestras decisiones, nuestras reacciones, nuestra
forma de amar, de orar y hasta de servir.
Y no se trata de encerrarlo ni endurecerlo, sino de protegerlo con intención:
protegerlo del desánimo, del ego, del orgullo, de las heridas no sanadas…
y también de las emociones desbordadas que a veces nos quieren gobernar.
Guardar el corazón para Dios no significa cerrarse a
todo, ni vivir con miedo.
Significa tener un filtro, una convicción.
Guardar el corazón es dejarlo abierto solo para Aquel que sabe sanarlo y
transformarlo.
💭 Reflexión:
Hoy vivimos en una cultura que nos empuja a entregarnos
rápido…
a lo que sentimos, a lo que parece bonito.
Pero hay una diferencia enorme entre lo que parece bueno y lo que realmente
edifica.
Guardar el corazón para Dios es bonita forma de expresar nuestra adoración a Él.
Es decirle al Señor: “No voy a darle mis sentimientos a
lo que me aleja de Ti.
No voy a entregar mi alma a quien no conoce su valor.”
Sí, puede que el proceso de esperar, de discernir, de
decir "no" a lo fácil, te haga parecer raro o “anticuado”... pero lo
que guardas en las manos de Dios, Él lo limpia, lo honra y lo hace florecer a
su tiempo.
🙏 Concepto aplicado a la fe:
La fe también se demuestra en la forma en la que administramos nuestros
afectos.
No todo lo que el corazón quiere es lo que Dios quiere.
Por eso, guardar el corazón es una forma de rendición.
Es amar con propósito.
Es vivir con convicción, no por emoción.
Fe es también esperar cuando todo en ti quiere correr.
Fe es decir:
“Señor, yo quiero hacerlo a tu manera… no a la mía.”
🧠 La psicóloga Susan David, experta en emociones, lo expresa así: “Cuando no sabemos lo que valoramos, nuestras emociones terminan dirigiendo nuestra vida.”
Y eso nos pasa muchas veces.
Nos dejamos llevar por impulsos… y luego nos sentimos vacíos, confundidos o
heridos.
Por eso, guardar el corazón es también una forma de proteger tu propósito.
✍️ Preguntas para meditar:
- ¿Tus decisiones están siendo guiadas por fe… o por emoción del momento?
- ¿Qué has estado permitiendo en tu corazón que enfría tu relación con Dios?
- ¿Estás esperando en Dios… o forzando tus propios tiempos?
💡 Pensamiento del día:
“Un corazón que se guarda para Dios no se marchita… florece en su tiempo.”
🙏 Oración:
Señor, enséñame a guardar mi corazón para Ti.
Toma mis emociones, mis pensamientos, mi afecto… y moldéalos según tu voluntad.
Enséñame a amar con sabiduría y a esperar con fe.
En el nombre de Jesús, amén.
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Tal vez alguien más necesita recordar que vale la pena guardar el corazón,porque el mejor lugar para él… es en las manos de Dios. ✨
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