(Habacuc 3:17-18)
Hay momentos en la vida en los que todo parece desmoronarse. Oramos, esperamos, confiamos… y aún así, las respuestas no llegan como esperábamos. El futuro parece incierto, y la desesperanza nos susurra que tal vez Dios nos ha olvidado. Pero la verdad es que su fidelidad no depende de nuestras circunstancias; Él sigue siendo Dios, incluso en el valle más oscuro.
El profeta Habacuc entendió esto. Él vio la ruina acercarse, la crisis envolver su pueblo y la escasez amenazar con consumirlo todo. Sin embargo, su fe no dependía de lo que tenía o de lo que veía, sino de quién era Dios. En medio de la crisis, decidió adorar.
A veces, Dios permite que pasemos por temporadas de escasez para enseñarnos a depender completamente de Él. No porque disfrute nuestro dolor, sino porque sabe que nuestra alma necesita algo más grande que una respuesta inmediata: necesita la certeza de su presencia.
Hoy, quizás estés enfrentando algo difícil. Quizás sientes que Dios está en silencio o que tus esfuerzos han sido en vano. Pero recuerda esto: nuestra fe no está en lo que Dios hace, sino en quién es Él. Y Él es fiel.
🙏 Oración: Señor, aunque no entienda todo, confiaré en Ti. Eres mi refugio y mi esperanza. Amén.
💡 Pensamiento del Día: Aunque todo parezca perdido, Dios sigue teniendo el control.
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