“No os hagáis tesoros en la tierra… sino en el cielo; porque donde esté tu
tesoro, allí estará tu corazón.”
— Mateo 6:19-21 📖
✨ Reflexión
Imaginemos un pequeño pueblo donde todos se conocen. Cada mañana, los vecinos
se saludan, los niños corren entre risas por la plaza, y los adultos conversan
sobre negocios, deudas y logros. Entre esas charlas siempre se repite la misma
idea: “vales por lo que tienes, por tu salario, tu carro o tu ropa”.
No es
algo nuevo. En tiempos antiguos, la riqueza se medía por el ganado, la tierra o
las cosechas que alguien podía mostrar. Hoy ya no hablamos de vacas ni de
campos, pero la lógica sigue siendo la misma: el mundo sigue pensando que el
valor de una persona se mide por lo visible.
Sin
embargo, en medio de ese ruido, la voz de Dios susurra algo distinto: “Eres
mi hijo, amado, comprado con precio de sangre. Tu valor no depende de tus
posesiones, sino de mí”. Cuando comprendemos esto, el dinero deja de ser un
amo cruel y se convierte en un siervo útil. Ya no buscamos aprobación en lo que
tenemos, sino paz y seguridad en Aquel que nunca cambia.
Al
hablar de finanzas, muchas personas cargan heridas que distorsionan su relación
con el dinero: miedo a no tener suficiente, culpa al disfrutar lo que llega a
nuestras manos, orgullo al compararnos con otros, o simplemente desorden en
nuestras decisiones. Algunos piensan que mientras menos tengan, más
espirituales son; otros, que la fe se mide por decretar abundancia sin
disciplina. Ambos extremos son cadenas que roban la libertad.
Sanar
nuestra identidad significa reconocer que no somos esclavos ni de la escasez ni
de la riqueza, sino hijos amados. Como dijo el pastor Edwin Castro: “Cuando
verdaderamente sabes que eres hijo de Dios y vives como hijo, tu cosmovisión
cambia por completo”. Con esa identidad clara, aprendemos a recibir con
gratitud lo que Dios nos da, sin miedo ni arrogancia.
Y
entonces comprendemos la mayordomía: administrar con orden, responsabilidad y
visión generacional lo que Dios pone en nuestras manos. Jesús mismo, antes de
multiplicar los panes y los peces, primero organizó a la multitud; el milagro
vino después del orden. Así funciona también con nuestras finanzas: Dios no
multiplica el desorden.
El
llamado nunca ha sido acumular por acumular. El verdadero legado es dejar
herencia de paz, confianza en Dios, libertad y fe. Un legado que inspira, que
trasciende lo material y que demuestra que hemos confiado en un Padre que cuida
y provee.
🌟 Historia inspiradora
Chris Gardner, empresario y orador motivacional que inspiró la película En
busca de la felicidad, vivió años sin hogar mientras cuidaba de su hijo. Su
vida muestra que la perseverancia, la fe y el sacrificio pueden transformar
cualquier situación.
Gardner
aprendió que no se trata de cuántos billetes se tienen, sino de la disciplina,
la visión y la fe que se sostienen en medio de la adversidad. Aunque no se
identifica con una religión específica, los principios que guiaron su vida
reflejan valores profundamente cristianos: creer, perseverar y confiar en que
el esfuerzo presente abre puertas de bendición para el mañana.
❓
Preguntas para meditar
- ¿Dónde estamos poniendo nuestra identidad: en lo que tenemos o en Dios?
- ¿Qué heridas necesitamos entregar al Señor: miedo, culpa, orgullo, desorden?
- ¿Estamos viviendo con propósito, administrando como mayordomos fieles, o esperamos milagros sin poner orden?
🌱 Aplicación del día
Hoy, revisemos nuestras finanzas y actitudes hacia ellas. Hagamos una lista de
lo que tenemos y cómo lo usamos. Comprometámonos a planificar, a dar con
generosidad y a trabajar con orden, recordando: somos hijos de Dios y
mayordomos de todo lo que Él nos da.
💡 Consejos para practicar
- Aparta un tiempo cada semana para orar sobre tus finanzas y pedir dirección al Señor.
- Anota tus ingresos y gastos, aunque sean pequeños; la claridad trae orden.
- Separa siempre una parte para honrar a Dios y otra para ahorrar.
- Evita compararte con otros; enfócate en ser fiel con lo que tienes hoy.
- Aprende a disfrutar lo que Dios ya te dio, sin culpa y sin orgullo.
💭 Pensamiento del día
“El dinero no define nuestro valor; nuestra identidad está en Dios. Al vivir
como hijos libres y mayordomos fieles, podemos disfrutar lo que Él nos da y
dejar un legado eterno.”
🙏 Oración
Señor, gracias porque nuestra identidad no depende de lo que poseemos, sino de
Ti. Sana nuestras heridas, libera nuestro corazón de miedo, culpa y orgullo.
Ayúdanos a administrar con sabiduría y propósito todo lo que nos das, para
dejar un legado que honre Tu nombre y bendiga a otros. Amén.
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Hoy alguien necesita escuchar: su valor no está en lo que tiene, sino en Dios. Él nos llama hijos libres, sanados y mayordomos de todo lo que nos da. Compártelo, porque hoy alguien necesita saber esto también.✨
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