Nuestra existencia no es un accidente ni un simple pasar de los días. Fuimos creados con un propósito eterno, y ese propósito comienza con vivir para Cristo. En Él encontramos la plenitud que el mundo jamás podrá ofrecernos, la paz que ninguna riqueza puede comprar y el amor que ninguna otra relación puede igualar.
Fuera de Él, somos como ovejas sin pastor, errantes y vulnerables, buscando sentido en caminos que solo llevan al vacío. Pero en su infinito amor, Cristo nos buscó cuando estábamos perdidos. No esperó a que lo mereciéramos ni a que le buscáramos primero; Él vino, se entregó y pagó el precio más alto para rescatarnos. Su cruz es el puente que nos llevó de la desesperanza a la vida eterna.
Cuando decidimos vivir para Cristo, no significa solo llevar su nombre, sino reflejarlo en cada área de nuestra vida. Es amar cuando el mundo nos dice que odiemos, es perdonar cuando el dolor nos grita venganza, es caminar en fe cuando todo parece oscuro. Es permitir que Él transforme nuestro corazón, para que nuestra vida no sea solo una existencia más, sino un testimonio vivo de su gracia.
No fuimos llamados a una vida mediocre, sino a una vida en abundancia, una vida que honra su sacrificio y que impacta a otros. Cuando vivimos para Cristo, encontramos nuestro verdadero propósito y nos convertimos en luz en medio de la oscuridad.
Hoy es el día para decidir: ¿Viviremos para nosotros mismos o viviremos para Aquel que nos amó primero?
📖 Lectura Bíblica: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. — Filipenses 1:21
🙏 Oración: Señor, ayúdame a vivir para Ti, a reflejar Tu amor y a caminar en Tu propósito cada día. Amén.
💡 Pensamiento del Día: Vivir para Cristo no es solo una elección, es el mayor regalo que podemos abrazar. En Él encontramos propósito, paz y la verdadera razón de nuestra existencia.
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